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sábado, 24 de septiembre de 2016

ONICOFAGIA INFANTIL




Onicofagia:






El mal hábito de comerse las uñas. Por lo general son niños y niñas que en una actitud aparentemente natural o en situación de estrés están mordiéndose las uñas o sacándose pellejitos de los dedos, al extremo de lastimarse seriamente.

¿Por qué ocurre esto? Puede ser por razones psicológicas, donde priman sentimientos de ansiedad, angustia, nerviosismo, estrés, frustración, aburrimiento, incertidumbre, entre otros. Pueden surgir también de la nada o como respuesta a un hecho traumático.



LA TIMIDEZ Y BAJA AUTOESTIMA PUEDEN CONDUCIR A LA ONICOFAGIA.

Algunos padres y madres se preocupan al punto de emplear diversas fórmulas como aplicarles en los dedos ungüentos ácidos o picantes para evitar que sus hijos e hijas se sigan mordiendo las uñas; otros les amenazan o simplemente les aplican severos castigos; sin indagar por qué los niños tienen ese comportamiento.

¿Cómo prevenirlo? En algunos casos, los niños tienden a imitar lo que ven, por ello es importante que los adultos den el buen ejemplo evitando comerse las uñas delante de ellos.

A los niños y niñas es bueno explicarles las consecuencias que puede traer la onicofagia, que eso les puede deformar los dedos y los dientes, y causar laceraciones en los dedos. Comunicarse con sus hijos, conversar con ellos a fin de indagar por qué lo hacen y acudir a un profesional ayudará a controlar y erradicar este mal hábito en ellos.

Tratar de establecer cuándo fue que comenzó a comerse las uñas (al nacer un hermano, cambiarlo de habitación, una enfermedad,  etc.), y también es útil fijarse en qué momento o ante qué situación empezó con este hábito, por ejemplo, al tener que irse a acostar solo, preparase para la escuela, etc.

La onicofagia infantil, tratamiento y consejos

Se ha creído en general que el comerse las uñas en niños puede ser indicador de un problema psicosomático, pero se ha observado que en la mayoría de los casos esta manía empieza con la costumbre de chupar los dedos más allá de los 3 - 5 años. Las principales recomendaciones, si su niño tiene este mal hábito, son las siguientes:

Debemos hacer todo lo posible para que aumente la autoestima del niño, alabarlo cada vez que hace algo bien o se porta correctamente, cada vez que nos ayuda, etc.

- La primera recomendación a los padres o docentes consiste en explicar a los niños la importancia que tienen las uñas. 

- Insistir en la adopción de buenos hábitos y explicar al niño las consecuencias que puede tener la onicofagia.

- Explicar al niño lo horrible y feo de tener unos dedos o dientes deformes, negociación sin castigos, criticas ni regaños, ya que pueden empeorar su conducta y hasta deteriorar la relación con sus padres.

- En casos severos e incoercibles, se puede probar la aplicación sobre las uñas de aceites de sabor desagradable como el de jengibre o el de guindilla, que se pueden obtener fácilmente de la maceración de esta materia prima durante 2 semanas en un aceite de oliva. Una aplicación diaria durante 3 ó 4 semanas podría ser suficiente.

- También se puede probar ponerle guantes como "barrera física" durante algún tiempo, en este caso los padres deben mantenerse firmes para que el niño no se los quite a menudo, excepto para lavarse las manos, bañarse y comer, con promesas repetidas de quitarle los guantes cuando deje de morderse las uñas. Este método se ha practicado con bastante éxito en niños de edades entre 3 y 6 años.

- La psicoterapia y la colaboración del docente en el centro educativo son de vital importancia y decisivas para desacostumbrar a los niños de este hábito.

- Lo más importante es nuestro comportamiento con nuestros hijos, de el dependerá sus futuras conductas. Volvemos a decir que, si algún miembro de la familia se come las uñas, no tengamos duda de que los hijos nos seguirán el paso para imitarnos en el mismo hábito.

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